Bueno, vamos a acabar el año, iniciando con este post la nueva plataforma de OENOPEDION, aun con muchos fallos y a falta de muchos retoques, pero lista para dar candela.
No cabe duda que el 2017, ha sido un año crucial en el futuro del Rioja, ya que se ha dado forma y solución a muchos planteamientos y debates que llevaban muchos años en el candelero y no pasaban de ser conversaciones de bar.
Por primera vez en sus casi cien años de historia como denominación de origen, Rioja se marcó una diferenciación real de vinos más allá de los tiempos de estancia en madera o en bodega de los vinos. Entre las nuevas categorías, destacaríamos la figura de Viñedo Singular que aporta unas garantías de calidad notablemente superiores a las del conjunto de Rioja.
También se regulan los Vinos de Pueblo, que existir siempre existieron, que habría sido esta vida, sin poder discutir con los del pueblo de al lado quien tenía el mejor vino. Una propuesta válida, que posiblemente nos haga olvidar las también polémicas subzonas y que por el momento, ha silenciado a los sectores segregacionistas alaveses, al menos por un tiempo, “la cabra tira pal monte”. Menos mal que nos queda el 155.
Esa ha sido la parte más divertida del año, lo de cambiar Rioja Baja por Rioja Oriental, a quién se le ocurre, si a los que somos de aquí, nos nombras oriental y nos ponemos a pensar en chinos. Yo sólo veo el cambio si a la Rioja Alta la cambiamos por Occidental. En fin, el nombre de la subzona, mas o menos afortunado, ya esta implantado y el que no entienda que lo de Baja, es porque el Ebro va para abajo, pues peor para el. Aunque a algunos sectores les ha gustado mucho el nombrecito y ya le están sacando partido.
Se aprueba también, la elaboración de Espumosos de Rioja, ya no serán Cava y no habrá que mencionar el término, aunque yo siempre los he llamado Champán, para no tener que hacerlo.
Otra buena noticia ha sido, la congelación de las plantaciones para el año 2018, hasta que no sea justo y claro el reparto de las autorizaciones de plantación y se conozcan las verdaderas necesidades del sector, máxime con los nuevos cambios incorporados.
El tiempo también nos dio mucho que hablar, 2017 ha sido un año de plagas bíblicas, agroclimáticamente hablando, con su sequía y sus heladas ha vuelto a hacer recordar lo que supone la escasez de uva (después de haberlas tirado al suelo el año anterior). Escasos y buenos vinos del 2017, que tendrán problemas para reflejar sus costes, sobre todo en caso de los vinos jovenes, en los canales de comercialización. Por el momento los viticultores de Rioja Alta se asocian, para defender sus intereses frente al resto de la Rioja. En el fondo, es que les ha debido sentar mal que no helara en Rioja Baja.
En fin, muchos frentes abiertos para el 2018.
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