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“El verdadero genio se estremece ante el estado incompleto, la imperfección, y generalmente prefiere el silencio a decir algo que no es todo lo que se debe decir”.

 

Edgar Allan Poe

 

Hemos podido estar hablando 3 meses en el bar con colegas y “enterados” sobre el estado de la viña y “tratamientos”, de algo hay que hablar, leyendo noticias gratuitas en prensa sobre el estado del viñedo, saliendo a la viña día a día para ver el estado del viñedo, e incluso siguiendo los boletines de maduración de nuestro insigne Consejo Regulador:

  • Se están vendimiando las variedades blancas en Rioja Oriental de modo generalizado y ya se han producido las primeras entradas de uva tinto, si bien con carácter puntual.
  • El estado vegetativo y sanitario del viñedo es bueno; mantener la vigilancia por las condiciones de humedad y temperatura de los últimos días.
  • Evolución correcta de la maduración con ligero aumento del peso de la baya originado por las precipitaciones de la última semana que han aliviado el estrés hídrico que estaban sufriendo las cepas.
  • Se confirma el retraso de una semana sobre las fechas de la pasada vendimia.

Pero, la realidad es que causas imponderables no controladas por los seres humanos (vigilaré el cielo estos días por si veo aviones raros), serán las que “corten el bacalaó”, sobre las uvas que corte cada agricultor este año.

“Las uvas están ahí, están buenas, cicatrizadas de viejas heridas y libres de enfermedades, pero la semana viene complicada”.

Nuevamente, será el enólogo el que deba de convertirse en profeta y sus decisiones en función de lo que ocurra climatológicamente, las que marquen la realidad de la uva que entre en bodega, lo demás es terminal, se hará lo mejor que se pueda.

Veamos que nos depara el tiempo, según la AEMET, tomaremos Logroño como referencia, donde generalmente la climatología no muestra su peor talante.

Normalmente, no nos conformaremos con una sola información,

Nos lo pinta algo peor, veamos que dicen los americanos,

Que nos lo pintan peor si cabe.

Así que en las uvas que estén a punto, habrá de debatir entre “esperar un poco en busca de la perfección” o por el contrario “a lo que está dentro de la bodega no le pasa ya nada”, con los consiguientes tira y afloja con los viticultores de turno y sus cuadrillas.

Mientras tanto la consabida pregunta, ¿Qué hacemos? ¿Cortamos o no cortamos?

Así que Dios reparta sabiduría y suerte. Tiempo al tiempo, nunca mejor dicho.