Pués si, resulta que los claretes ahora se llaman blush wines “vinos sonrojados” y aquí sin saberlo, con el tirón que tiene el nombrecito.
Como cabría esperar de los anglofonos, nos cuentan hasta su historia, que transmito cual aparece en la bibliografía:
A principios de los años 70, la demanda de vino blanco excedía la producción de uva blanca, por lo que muchos productores de California elaboraban vino «blanco» con uva tinta, empleando un tipo de sangrado con mínimo contacto de los hollejos, considerándose mejor cuanto más blanco. En 1975, el White Zinfandel de Sutter Home sufrió una fermentación detenida, un problema en el que la levadura muere antes de que toda el azúcar se haya transformado en alcohol. El vinicultor Bob Trinchero lo dejó reposar dos semanas, y tras catarlo decidió vender este vino más rosado y dulce.
En 1976, el escritor de vinos Jerry D. Mead visitó los Viñedos Mill Creek en el Condado de Sonoma, California. Charlie Kreck había sido uno de los primeros en plantar vides Cabernet Sauvignon en California, y ofreció a Mead un vino hecho de Cabernet que era rosa claro y aún no tenía nombre. Kreck no lo llamaba White Cabernet porque era mucho más oscuros que los blancos de uva tinta de la época, aunque no tan oscuro como los rosados que conocía. Mead bromeó sugiriendo el nombre Cabernet Blush (‘Cabernet ruborizado’), pero esa tarde telefoneó a Kreck para decirle que ya no pensaba que el nombre fuera una broma. En 1978 Kreck registró la marca «Blush». El nombre cuajó como marca comercial para los vinos semidulces de productores como Sutter Home y otros.
En fin, que un tal Sutter Home se le paro un depósito de Zinfandel White (algo parecido a nuestra extinta Garnacha roya, el vino de la Asunción, “ni es blanco, ni es tinto, ni tiene color”), asi que hablo con su amigo Charlie Kreck que también había tenido problemas con un depósito de Cabernet y se lo contaron a su colega jerry Mead ( el ocurrente de los 3) que soluciono el problema inventandose un nuevo tipo de vino, el “Blush Wine”.
Y mientrás, nosotros aquí en Rioja, con una amplia tradicción vitivinícola en estos vinos, discutiendo si tienen que tener esta intensidad colorante o la otra, si hay que quitarlos de en medio por que no están legislados, que si tal, que si cual, y ahora para colmo leo como alguna bodega nacional aparece en prensa como innovadora, por sacar al mercado estos vinos. No aprenderemos nunca.
Leo también, que los blush wines armonizan muy bien con queso fresco de cabra, pastas con salsas de tomate, salmón y langosta (estos últimos del Najerilla, claro está). Lo que yo digo,,,,, Cordovin Blush Wine.
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