foto asociadaSeguro, que con este título alguno habrá pensado en el incremento de señoritas de moral distraída que se produce durante las vendimias, dada la alta afluencia de temporeros solitarios que acuden al evento. Pero no, resulta que en esas fechas no se está para tonterías.

Recientemente escucho comentarios y leo artículos sobre lo ocurrido esta pasada vendimia en Rioja, como (¿Qué se ha hecho mal en esta complicada vendimia?), en el que se habla sobre este tema y del cual me encanta su magistral clase de catequesis y comparto su opinión sobre la edulcoración (caramelización incluso) de la información que nos transmite el Consejo Regulador y los principales medios de comunicación.

Disiento, no obstante, en la aplicación de cualquier manual de usuario puntualizado, esta claro que hacer las cosas bien en la viña siempre va ayudar; el que la lleva bien en carga y sanidad sale victorioso venga el año como venga y el que juega con muchos kilos y ahorros en costos y mano de obra, debe de pasar el todopoderoso septiembre rezando a su santo preferido para que este sea sano, seco y soleado.

Pero “esto es vino” y la expresión “pasarla más putas que en vendimias”, vino para quedarse. Por más que se programe, planifique y controle; cada año viene como viene y cientos factores escapan de cualquier control. Por lo que siempre, epílogos, viticultores y demás responsables del negocio tendrán que tomar importantes decisiones inmediatas sin saber con total precisión las consecuencias de las mismas; y eso es muy jodido. La catequesis solo sirve para acercarnos a Dios, no para ser Dios.

foto asociadaCualquiera del oficio se habrá encontrado en el trance, de que tras haber visto y leído toda suerte de profecías meteorológicas, tener a toda la cuadrilla esperando su sabia decisión con la típica frase de “¿Que hacemos Jefe?, cortamos mañana y no cortamos” . Y tu ahí, con aplomo y gallardía: “Yo creo que lo mas adecuado será cortarla mañana”.

Luego resulta, que además de no haber caído más que cuatro gotas, encima se ha tirado toda una semana seca y soleada con lo que esas uvas que estaban a falta de un poco podrían haber sido perfectas. Pero no va a acertar uno todos los días, también podía haberse tirado 3 días lloviendo, y coger esas uvas casi perfectas, aguadas y blandurrrias.

Como conclusión, hagamos las cosas lo mejor posible, que Dios reparta suerte y luego hay que aguantar la vendimia. Y  a otro año mas.