Supongo que muchos ya conoceís que el pasado lunes el actor César Vea se encadeno a la puerta de “Bodegas Valoria S.L.”, situada en las proximidades de Logroño, en reclamación de una deuda por un importe de unos 53.500 euros que, según sus datos, esta firma adeuda a unos primos suyos por unos 25.000 litros de vino que éstos se llevaron ya elaborado.

Mantuvo la medida de protesta durante dos horas en apoyo a dos primos suyos de edad avanzada, Luis y Luisa Espinosa Angulo, que residen en la localidad riojana de El Villar de Arnedo y que el pasado mes de mayo, ha dicho, formalizaron un contrato con unos pagarés con esta firma por la venta de esta partida de vino, que tenían almacenada en barricas.

El actor, ha manifestado que no descarta mantener una protesta de estas características de manera permanente si la bodega no abona a sus primos la cantidad adeudada, ya que “les hace mucha falta”.

Al leer la noticia, me acordé de Cesar, antiguo buen amigo de mi adolescencia, cuando viajabamos juntos en el autobús al Instituto de Calahorra, buenos recuerdos… , luego la vida nos llevó a cada uno por un lado y hace muchos años que sólo lo veo en la televisión. Así pués, me dije: Muy bien Cesar, con dos cojones.

Y es que ¡ YA VALE ¡ este tipo de iniciativas está haciendo mucha falta, es necesario que la gente conozca quiénes y qué son, que algunos de esos brillantes empresarios bodegueros que viven en su urbanización, con sus elegantes ropas de diseño, su colección de coches de lujo y su gran “savoir faire”, mantienen su tren de vida, a pesar de llevar años arruinados y adeudar millones a multitud de viticultores, proveedores, empleados y todos los pobres desgraciados con los que han topado a su paso.

Esta ralea está formada por individuos de diversas procedencias; podemos encontrar entre ellos, cabrones con pintas, sinvergüenzas genéticos y algunos mangantes de la época del ladrillo, que buscarón en las bodegas un lugar para ostentar ante sus amistades y hacer desaparecer los maletines de dinero fácil obtenido en obscuros trapicheos en las concejalías de urbanismo de muchas localidades.

En la actualidad, creanme, se encuentran entre nosotros y son legión, podría presentarles unos cuantos, yo también los sufro, sobreviven entre nosotros con su patrimonio intacto, mientrás cientos de afectados les financian su elegante vida, pagando intereses por los créditos que necesitan para suplir las facturas no cobradas.

Algún comentario, te acusa Cesar, de buscar protagonismo ya que andas algo flojo de trabajo, si es así ponte en contacto conmigo porque aquí en Rioja, tienes mucho tajo, lo que no se, es de donde vamos a sacar tantas cadenas. Que hostias, si lees esto, ponte en contacto conmigo, que nos echaremos unos vinos por los viejos tiempos.