Siempre mantengo que el vino no tiene por que ser caro. Se elabora con uvas, siendo su cosecha anual y la vid una planta especialmente prolífica, su elaboración es sencilla (aunque nos empeñemos en complicarla) y su conservación a medio plazo no tiene especiales dificultades. Pero, ¿Puede ser el vino mas barato que el agua?.
Pues si, hoy en día es fácil encontrar en las estanterías de algunos de los mercados más grandes de Australia vino más barato que el agua. El abanico de precios nos puede llevar desde botellas de vino tinto de marcas poco conocidas por sólo un dólar australiano (aproximadamente 0,71 €) a un muy popular vino blanco que se vende a 2,99 dólares australianos (aproximadamente 2,13 €), pasando por los muy usados bag in box de 4 litros de vino tinto por 17 dólares australianos (aproximadamente 12,1 €).
Sea cual sea su elección, le costará proporcionalmente menos que una botella de 350 ml de agua, que por lo general se vende a 2,50 dólares australianos (aproximadamente 1,78 €).
¿Cómo es posible?
No es la primera vez que este tipo de escenario de precios es noticia en Australia, pero hoy en día la situación es muy grave, según afirma el profesor Kym Anderson del Centro de Investigación en Economía del Vino de Adelaide, y sobre todo teniendo en cuenta que el precio incluye impuestos al por mayor y al por menor.
Los precios de todos los productos se han visto afectados por varios factores relacionados entre sí. Debemos tener en cuenta las tasas de cambio actuales (aumento en el valor del dólar australiano frente al dolar USA. entre principios de 2011 y 2013 ), que han provocado la caída de la demanda internacional disminuyendo el volumen exportado y provocando un exceso de producto en el mercado interno. Este es también un incentivo para las importaciones, de manera que han crecido las ventas de vinos importados en el mercado interno”. En este escenario, la competencia entre los productores locales ha crecido, derivando en una bajada de precios
Otro factor que contribuye al bajo precio de los vinos australianos es el impuesto sobre el alcohol, que varía según el producto.
“En Australia hay un sistema en el que el vino y la sidra tienen diferentes impuestos”, de manera que se carga un impuesto basado en el valor de venta del producto, en lugar de por la cantidad de alcohol que tiene, lo que significa que si el vino se vende barato, el impuesto también es muy bajo.
Así los vinos caros, soportan también un impuesto más alto, lo cual también crea una división dentro del propio sector.
Habría que tener también en cuenta los problemas relacionados con el alcohol en Australia, con un aumento constante de los problemas de salud asociados con el alcohol, así como los relacionados con el orden social y la violencia derivada de beber en exceso. Así las solicitudes de ambulancias en Victoria se duplicaron en los últimos diez años, y muchos episodios están relacionados con el consumo de alcohol, aumentado también el número de hospitalizaciones debido a la cirrosis de hígado según datos de los servicios de urgencias.
Las bebidas alcohólicas han sido siempre baratas en el país y con este sistema de impuestos, muchos abogan ahora por establecer un precio mínimo para estos productos o aumentar los impuestos sobre el vino parareducir algunos de estos problemas de salud
Otro factor que mantiene el precio de los vinos asequibles es el duopolio de dos grandes supermercados, Woolworths y Coles. Las dos empresas controlan más del 70% de todas las ventas de vino en el comercio minorista.
Los productores de vino elogian las inversiones realizadas por estos supermercados en la industria, pero también señalan la necesidad de revisar la situación debido a su escaso poder frente a ellos, lo que se refleja en la caída en cascada del margen de beneficio del sector productor.
A esto debemos sumar un exceso de oferta”, de manera que existe un debate para reducir la producción de vino en un 10% en todas las regiones para contener este exceso y restaurar de nuevo en equilibrio, pero nadie quiere hacer eso. En general, los bajos precios de los vinos australianos parecen aceptables para algunos productores y una victoria para los consumidores que buscan una botella de calidad y asequibles por menos de 10 $. Y tal vez también es una victoria para los grandes minoristas, que son vistos como salvadores de algunos productores que necesitan reducir su exceso de oferta.
No obstante , a largo plazo la situación no es sostenible y se está trabajando desde el gobierno para corregirla, debido a que se esta experimentando una depreciación del valor de algunas marcas que los enólogos australianos ayudaron a construir durante mucho tiempo. Si bien, va a ser muy difícil que los consumidores vuelvan a un sistema de los precios que tenga más que ver con la calidad de los vinos que se consumen.
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