La tradición vitícola se basa en un proceso de selección de las variedades más convenientes, pero eso ha implicado también un empobrecimiento, puesto que las formas que no se ajustaban a lo buscado han ido desapareciendo o perviven sólo como indeseados vestigios. Ya en los siglos XVI y XVII, algunas zonas productoras europeas empezaron a reducir a posta la diversidad en sus viñedos, con la mente puesta en el comercio con el exterior: en Logroño, allá por el año 1560, se fundó una sociedad de cosecheros que enviaba vino a Flandes, Francia o Italia, en pellejos marcados a fuego con su distintivo. Y, a partir de la devastadora plaga de filoxera de finales del siglo XIX, los cultivadores riojanos se concentraron sobre todo en la garnacha y el tempranillo.
Investigadores de la Universidad de La Rioja han identificado una variedad desconocida de tempranillo, bautizada como tempranillo royo o gris, y han comprobado su potencial para la elaboración de vinos blancos. El hallazgo forma parte de un proyecto de largo recorrido que busca preservar variedades de uva minoritarias, amenazadas de extinción por haber quedado al margen de la norma máxima del mercado: la dictadura de la productividad y el gusto global.
“Hace veinte años, nadie se interesaba por esto. Se solía decir que Italia tenía muchas variedades autóctonas y España, en cambio, no, pero era porque jamás se había estudiado el tema. Ahora ya hay proyectos en varias comunidades autónomas”. Los cómplices en esta iniciativa fueron los propios viticultores, que alertaban a los científicos cada vez que localizaban en uno de sus viñedos más antiguos algo imprevisto: esa uva distinta a la que su abuelo daba un nombre extraño, o esa otra que ni siquiera sabían qué diablos podía ser. Leer más.
No obstante, tampoco se ha descubierto la polvora, ya que se han producido avistamientos de este tempranillo alienígena en otros lares e incluso también aparece en Identificación de variedades autóctonas de vid en la colección del ITA de Castilla y León en la Estación de Zamadueñas, Valladolid, España
Pués como sea como la garnacha roya vamos aviaos.
Eso es el vino de la Asunción: ni es claro, ni es tinto, ni tiene color.
Pues tengo entendido que con el Pinoit Gris se elaboran blancos muy curiosos y especiales.