La cosa pinta mal, a la pertinaz sequía que padecen nuestros viñedos, se suman ahora las altas temperaturas a las que nos tiene sometidos el mes de Agosto. Este cocktel inflamable tiene un efecto muy directo sobre la fotosintesis de la vid.

La temperatura de la hoja depende del balance de energía: energías absorbidas de la radiación solar y de las radiaciones emitidas por otros cuerpos y energías perdidas por enfriamiento. El resultado de dicho balance es la energía almacenada por la hoja en forma de productos fotosintéticos y la temperatura de la hoja.

La temperatura atmosférica afecta primero por ser la temperatura de referencia hacia la cual la hoja tiende y segundo por afectar directamente al déficit de presión de vapor. La temperatura afecta a la fotosíntesis a nivel estomático y cloroplástico. Por un lado el aumento de la temperatura afecta a la velocidad de las reacciones metabólicas, por el otro si la temperatura del aire es elevada se puede producir un desequilibrio entre el estado hídrico de la hoja y el flujo de transpiración, de manera que si la demanda evapotranspirativa supera a la absorción por las raíces, los estomas se cierran y se frena el intercambio gaseoso.

Cada proceso vital está determinado a unos límites de temperatura y a una temperatura óptima de funcionamiento, de modo que si se sobrepasa disminuye su rendimiento. Los óptimos de la temperatura foliar para la fotosíntesis presentan ciertas variaciones según sean las condiciones climáticas y edáficas de la zona a la que se encuentra la planta, según las características genéticas, las condiciones culturales y las condiciones previas en las que ha tenido lugar el desarrollo foliar. Los óptimos de temperatura de hoja para fotosíntesis se suelen situar entre 25 y 35ºC, de manera que la temperatura afecta de manera diferente a la fotosíntesis según la edad de la hoja y el momento del ciclo, siendo más baja a medida que avanzamos en el ciclo por aclimatación a las temperaturas otoñales.

A partir de 30 ºC la inhibición progresiva de la actividad enzimática, el aumento de la fotorrespiración y de la respiración oscura o el cierre estomático cuando hay déficit hídrico, hace que la fotosíntesis disminuya rápidamente.

Generalmente se tiene asumido como ideal para la fotosíntesis de la vid, temperaturas diurnas elevadas y nocturnas bajas para reducir las pérdidas por respiración.

La humedad relativa afecta a la fotosíntesis a través de su efecto sobre la apertura estomática. El óptimo higrométrico es 60-70%. Todo incremento en la HR en todas las temperaturas tiene un efecto positivo. El efecto negativo de HR bajas se manifiesta en cambio cuando la alimentación hídrica de la planta es insuficiente.

La diferencia de presión de vapor (VPD) entre hoja y atmósfera juega un papel fundamental en la apertura estomática. Si los estomas estuvieran todo el día abiertos, la evapotranspiración aumentaría linealmente al tiempo que la demanda evaporativa. Cualquier incremento en VPD incrementa la transpiración.

La fotosíntesis es muy sensible a la disponibilidad de agua. Hay controversia a la hora de definir el contenido de humedad del suelo a partir del cual se produce una reducción de la fotosíntesis ya que el estado hídrico de la hoja no sólo depende del contenido en agua del suelo, también de su flujo a través de la planta, de las condiciones climáticas y factores internos a la hoja, entre otros. La necesidad de una apertura estomática para el intercambio de gases hace que la ganancia de CO2 para la fotosíntesis vaya acompañada de una pérdida de H2O por transpiración. Los estomas y las resistencias cuticulares jugarán un papel fundamental en la conservación de agua por parte de la planta sin comprometer la fotosíntesis. La transpiración necesaria durante la apertura estomática representa el 99% del agua absorbida (100g de agua por cada gramo de carbono fijado).

Cuando las plantas se encuentran bajo contenidos no limitantes, el factor limitante de la fotosíntesis son las reacciones enzimáticas del cloroplasto. En cambio cuando se encuentra bajo déficit hídrico, el factor limitante en un primer momento es la resistencia o cierre estomático y a medida que el déficit de agua en el suelo se hace más intenso van tomando más importancia los efectos no estomáticos. La disponibilidad hídrica limita la actividad fotosintética, incluso más que las altas temperaturas.

Aldeanueva del zurracapote al corquete.