La Fundación Vivanco para la Cultura del Vino investiga el ADN de semillas de vid milenarias halladas en su yacimiento arqueológico de San Bartolomé de La Noguera, en Tudelilla. La investigación, en la que colaboran el Instituto de las Ciencias de la Vid y el Vino, el CSIC y el Gobierno de La Rioja y las Universidades de La Rioja y Manchester, pretende averiguar qué variedades de uva se utilizaban en Rioja hace dos milenios.
El estudio arqueológico de los restos sólidos atestigua que desde el año 1 a. C., en época del Imperio Romano, el Cerro de San Bartolomé albergaba una intensa actividad agrícola y vitivinícola.
Las semillas encontradas con dos mil años de antigüedad han sido ya enviadas a la Universidad de Mánchester, especializada en el estudio de ADN antiguo de restos vegetales, para su análisis.
La clave reside en si el equipo de investigadores británico podrá extraer el suficiente ADN de las semillas, algo que se conocerá en un par de meses. «En caso positivo, se podrían conocer los materiales vegetales, variedades, utilizados en la época romana, así como información sobre las migraciones que se desarrollaron desde la caída del Imperio Romano y de las posibles fuentes de importación de variedades de vid durante la Edad Media, una a través del camino de Santiago y otra vinculada el movimiento desde el norte de África con la invasión musulmana de la península». En este sentido, la investigación podría confirmar hipótesis sobre el supuesto desplazamiento que estos hechos medievales provocaron en variedades más antiguas que habrían importado griegos, fenicios y romanos u otras posiblemente resultantes de la propia domesticación de esquejes silvestres.
Sólo nos resta clonar ese ADN, reproducirlo en viveros y plantarlo en fincas experimentales, donde podremos comprobar las bondades de la antigua variedad, que lo más seguro será una castaña.
Pero para entonces, habremos copado ya muchas páginas de prensa y otros medios de comunicación y le habremos puesto nombre; espero que uno fácil. ¿Que tal? “Vitis Tudelillensis r?m?nus”, es que el de “Jurasic Vitis” le queda un poco antiguo.
O ¿Quién sabe?. A lo mejor tenemos ahí la respuesta al cambio climático en el viñedo.
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