Visto el título de la ley, parece que tratará sobre quién se come a quién y asuntos similares y efectivamente sobre eso trata.
Según esta Ley, es obligatorio formalizar contratos por escrito con un productor primario con motivo de la entrega de productos agroalimentarios no transformados, salvo que éstos se abonen al contado. Dichos contratos deberán recoger, entre otras cuestiones, el precio de la uva, con expresa indicación de todos los pagos, incluidos los descuentos aplicables. Además, el precio podrá tener una cuantía fija y una cuantía variable que se determinará en función de factores objetivos y verificables, abonándose a partir de su determinación. Advierte además de las sanciones por no formalizar contratos escritos u obviar los requisitos mínimos pueden alcanzar los 3.000 euros, llegando a alcanzar los 100.000 euros en el caso de incumplir los plazos estipulados para el pago.
Los sindicatos agrarios afirman que una parte importante de las bodegas vitivinícolas están incumplimiento de forma sistemática la Ley, en lo concerniente a la formalización de contratos escritos antes de la entrega de la uva y el cumplimiento de los plazos de pago. El responsable vitivinicola de COAG, ha dicho “Es necesario acabar con la indefensión del viticultor y esa rémora del pasado por la que el productor entrega su producto sin saber a qué precio se lo van a pagar ni cuándo.”
En Rioja, la UAGR emplaza a la Interprofesional a que impulse que la compra-venta de uva en la DOC Rioja se haga mediante contratos con precio y plazo de pago, y que dichos acuerdos sirvan para la creación de un Observatorio de Precios fiable.
La realidad, es que este cambio de hábitos va a resultar muy difícil, las bodegas llevan lustros, esperando a ver por donde sale el sol antes de apalabrar las perras, proponiendo medias de cooperativas y dando largas, hasta ver claro la evolución de los mercados y la calidad de los caldos. Por otra parte, el viticultor persiste temeroso de apretar las tuercas de sus compradores habituales, con lo que los cambios van para largo. Pero los grandes cambios dependen de pequeñas iniciativas, a veces incluso ínfimas.
«Los contratos son la clave para que desaparezcan operadores no deseables»
“Bodegas y viticultores de Rioja marcan un precio para las uvas de 2014”
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