Como todos los años en Rioja por estas fechas, ya se ven las uvas, eso si menos enveradas que otros años, pero se ven.

En principio, un año algo atípico, al menos respecto a los ultimos; agua en abundancia, temperaturas relativamente fescas con marcados cambios térmicos entre el día y la noche y una maduración tardía ,que hace pensar por el momento, en una también tardía vendimia.

Esto podría hacernos pensar en un ciclo largo, con unas uvas de maduración sosegada; pero también que la cosecha está a merced del tiempo, especialmente del mes de septiembre, en función de este, la maduración podría ser de libro o marcadamente imperfecta.

En cuanto a la previsión de cosecha, podemos encontrar grandes diferencias según parcelas, suelos y microclimas. Encontrandose fincas con sobreproducción, que posiblemente puedan llevar hacia adelante con un resultado satisfactorio, incluso sin hacer uso del riego, y otras que ni mucho menos alcanzarán su rendimiento amparable.

Entre las causas de esta irregularidad de producción, cabría destacar la mala liación de muchas parcelas y descuido en los tratamientos contra mildiu y oidio, incluso tardios, que han ido apareciendo paulatinamente al capricho de las muchas tormentas de verano. Algunos viñedos, también han sido fruto de ataques esporádicos de polilla y piral que también han mermado un poco su potencial.

Ante este panorama, la polémica sobre calidad y cantidad esta servida, así la UAGR ha emitido el siguiente comunicado:

La UAGR propone no se obligue a tirar uvas si no se sobrepasa el rendimiento permitido en la tarjeta de viticultor.