foto noticiaEl resveratrol saltó a la fama científica en 1997, cuando una investigación le atribuyó una acción preventiva frente al cáncer. Hasta entonces, los efectos cardiosaludables del vino ya se habían debatido en foros médicos. Algunos investigadores también buscaban las razones de estos efectos tan positivos y una explicación a la «paradoja francesa» que tanto acompleja a los norteamericanos: la maravillosa capacidad de los franceses por consumir deliciosas grasas saturadas sin que se resientan ni el corazón ni las arterias. Una contradicción que se ha explicado tradicionalmente por la costumbre de los habitantes del país galo en consumir vino tinto.

Trabajos posteriores confirmaron los beneficios del resveratrol, como la capacidad de extender entre un 24 y un 59 por ciento la vida de animales de experimentación tan habituales en los laboratorio como son las moscas, los ratones y peces. En estos experimentos se veía cómo ratones obesos mejoraban sus niveles de glucosa en sangre y su sensibilidad a la insulina, o se convertían en «super-ratones» más atléticos y fuertes. Leer más.