Podíamos leer en prensa estos últimos días como por una parte como Rioja cerró un 2014 de récord, con 281 millones de litros de vino vendidos, lo que supone cinco millones más de botellas comercializadas, las exportaciones subieron el 3,6% en un año en el que los vinos blancos y de crianza tiraron de las ventas. 

foto asociadaMientras por otro lado,  la DOCa Rioja estudia incorporar la producción de vinos espumosos amparada por la Denominación con el fin de añadirle un nuevo producto de prestigio y alto nivel.

Según se explica, el sector demanda producir espumosos amparados por la DOCa, con los que ampliar la posibilidad de venta y apertura de su actual gama de vinos de la Denominación, añadiendo espumosos amparados a su actual “portfolio” de vinos tintos, blancos y rosados. Apoyando esta demanda en la autorización de 2.500 nuevas hectáreas de variedades blancas, que podrían ser la base de estos nuevos espumosos.

Es decir a las  4.094 hectáreas de viñedo blanco, en breve, se incorporarán las 2.500 en proceso de plantación, que se suponían necesarias para compensar la supuesta demanda de blancos. Mientras que muchas parcelas de blanco se quedaban sin cortar, ya que sus correspondientes cartillas habían sido rellenadas por uva tinta.

Tal y como se dice en el artículo, “debemos de seguir evolucionando en la mejora de esta Denominación, sobre la base de un modelo que ha dado a Rioja un liderazgo entre las regiones vinícolas españolas”

Imagen asociadaAhí estamos, como dicen los americanos, “si algo funciona bien ni lo toques”. Llevamos ya muchos años trabajando y mejorando vinos tintos de nuestras variedades tradicionales. No es el momento, ni es necesario diversificar nuestros esfuerzos de investigación, producción y promoción por vender unos miles de botellas más, de un producto que se realiza de forma satisfactoria en cualquier otra zona de España y del mundo, dado que no son necesarias, ni mucho menos, uvas de calidad excepcional para su elaboración.

Existen ahora 18 municipios de la DOCa Rioja acogidos a la Denominación de Origen (DO) Cava, en entredicho también en la actualidad, dado que incumple la primera norma Europea sobre V.C.P.R.D. (Vinos de calidad producidos por regiones determinadas), que es sencillamente eso, que los vinos se produzcan en una única zona determinada y no en un salpicado de municipios por la geografía española.

De triunfar este nuevo proyecto de espumosos “Rioja”, estos vinos podrán elaborarse en todo el ámbito de la Denominación, lo cual tendría su conflictividad en cuanto a los intereses creados por los elaboradores actuales; más leña para la hoguera.

Podemos recordar los grandes esfuerzos y expectativas de hace 2 décadas por parte de la DO Navarra, respecto a la elaboración de tintos y blancos monovarietales de las más prestigiosas variedades foráneas, con grandes impulsos económicos en su plantación y promoción, dejando completamente de lado a sus afamados y tradicionales rosados de sangrado; para acabar vendiendo sus vinos a precios de mesa. Hoy en día, veintipico años más tarde, lamentando el esfuerzo y el dinero gastado, se encuentra involucrada en una ambiciosa campaña de marketing para la promoción de sus rosados.

foto asociadaY para rematarla, El Consejo Regulador estudiará una propuesta para desarrollar los vinos de pueblo, 144 subzonas, después del órdago lanzado por Bodegas Artadi sobre su hipotético abandono de la denominación de origen.

El presidente de la Comisión de Desarrollo del Plan Estratégico, y también gerente de la Asociación de Bodegas Centenarias, ha entregado al Consejo Regulador una propuesta para el estudio la zonificación de la denominación de origen por municipios,una de las principales demandas de Artadi.

Explica en ella, que el planteamiento, supondría aplicar lo que determina el Reglamento de la DOC para las tres subzonas reconocidas y extender esos preceptos a los 144 municipios: «Los cambios normativos que se introdujeron para el desarrollo de las subzonas, a finales de los años 90, ya preveían la posibilidad de aplicar esta reglamentación específica en entidades geográficas menores, es decir, en los municipios, por lo que no haría falta ninguna reforma reglamentaria, sino desarrollar lo ya legislado».

También señala que «en estos años, que no es poco con la crisis, Rioja ha logrado, no sólo sujetar las ventas, sino crecer hasta registros históricos, muy cerca del máximo que marca nuestra propia capacidad productiva, por lo que nos parece oportuno estudiar cualquier tipo de fórmula que pueda suponer poder vender mejor».

En fin, si hemos logrado vender cerca del máximo de nuestra capacidad productiva, ¿para que tenemos que segmentar la Denominación para vender más?. Además, ¿eso va a hacer vender más? o ¿va a hacer vender más a unos pocos?.

Debemos tener en cuenta, que el reglamento exige que toda la uva debería de proceder del correspondiente municipio al que hace referencia la etiqueta, con pequeñas excepciones, de manera que acogerse a esta posibilidad, limitaría notablemente las posibilidades en cuanto a elaboración, mezclas, etc.; por lo que sólo resultaría de utilidad a bodegas muy concretas.

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Se acusa y critica al Rioja en ocasiones, por sus desmanes y marrullerías para eludir sus propias normas. Lo cual se intenta justificar alegando lo apretado del corset y mentando la mejora de calidad conseguida. ¿Que queremos entonces?, tal vez, leyes más restrictivas para hacer mejores trampas.

No parece esto, sino una continuidad encubierta de las intenciones secesionistas de los de siempre, azuzadas por algunos medios de comunicación y unidas a las maniobras chovinistas del 2013 por parte de nuestros vecinos, que parecían zanjadas con 4 buenas palabras.